Entre velas encendidas
Muerde el deseo que acecha
Y la pasión que delira
Sutil nuestro encuentro sella.
Tu cuerpo, amante mío,
Guarda el olor salvaje de los bosques;
Tus besos tienen
El sabor ácido de las mandrágoras.
Entre las velas encendidas,
Yo ausculto, cual sibila,
Tus nichos más secretos
Y cual beodo ansías
Esos ríos de vino
Que corren por mi cuerpo.
Y, entre agua y espuma,
Tus manos me recorren
Como a un continente.
Y mi cuerpo se entrega,
De encadena a la cárcel de tu sexo;
Mil pétalos de rosa
Te gritan que te quiero;
Te encorvas sobre mí
Y las rompientes olas
Sacuden nuestros cuerpos
Y quedamos desnudos;
Desnudos en la playa
Borramos nuestros mundos
Para tocar el cielo.
®Lea Nieves Torres
Colombia