En la
cambiante y transmutante e inane
Pero
viva, cinematéca aleve de mis días
Raudos
como cometas intergalácticos
Tú eras
mi sueño perpetuo y mi sub-sueño
El
límite entre mi despertar y mi grata vigilia
Y te
amaba. Te amaba. Te amé en el si lueño
En la
inocencia de las protestas estudiantiles,
En el
hambre de los niños famélicos del sur,
En sus
carítas tristes, cuyo fruncido ceño
Reflejaba
sus cuestionamientos silenciosos.
En la
orfandad famélica del solitario
Que no
pidió nacer. En la narcolepsia
De los
borrachos en la madrugada.
En la
ronda inacabable de las esquinas,
En
cualquier sinfonía bella e inacabada…
En las
señales secretas de las meretrices,
En las
heridas hondas y en sus cicatrices.
Te
amaba hasta los límites de lo desconocido,
En los
graffitis frescos de las paredes blancas.
”Fidelidad
es pereza”, eso nunca lo olvido.