sábado, 15 de marzo de 2025

Encadenados

 



Voy entre el negro y el blanco

de un desavenido karma,

en mi cuerpo siento el yermo

polo que me fija a tierra;

voy vagando en un erial

bajo la tarde serena

y un claro rayo de sol

relumbra sobre la arena;

soy semejante a la araña

que va tejiendo su pena

y dolor, de trecho en trecho,

entre las tupidas hiedras,

como en un juego de azar ,

jugando a las escondidas

en la amurallada cinta

que semeja aguas turbias

donde el lodo no reposa,

sobrevivo en noches negras

entre sus gélidos giros,

vago entre sus calles tétricas;

parca la nostalgia aflora

en mi desierto de arena,

voy extrañando el amor

de mi amado, finas perlas

de rocío mi piel bañan

y no sé dónde estará;

perlas de rocío espejadas,

quitad está oscuridad,

despejad mis horizontes,

pues no soporto su ausencia.

Somos como dos extraños

atados con las cadenas,

al amor encadenados

sin libertad en la condena,

lejanos, pero rielando

entre el dolor y la pena.

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