jueves, 27 de junio de 2013

TRES POEMAS DE ALFONSINA STORNI







CUADRADOS Y ÁNGULOS


Casas enfiladas, casas enfiladas,

casas enfiladas.
Cuadrados, cuadrados, cuadrados.
Casas enfiladas.
Las gentes ya tienen el alma cuadrada,
ideas en fila
y ángulo en la espalda.
Yo misma he vertido ayer una lágrima,
Dios mío, cuadrada.







LAS GRANDES MUJERES

En las grandes mujeres reposó el universo.
Las consumió el amor, como el fuego al estaño,
a unas; reinas, otras, sangraron su rebaño.
Beatriz y Lady Macbeth tienen genio diverso.
De algunas, en el mármol, queda el seno perverso.
Brillan las grandes madres de los grandes de antaño.
Y es la carne perfecta, dadivosa del daño.
Y son las exaltadas que entretejen el verso.

De los libros las tomo como de un escenario
fastuoso -¿Las envidias, corazón mercenario?
Son gloriosas y grandes, y eres nada, te arguyo.

-Ay, rastreando en sus alas, como en selvas las lobas,
a mirarlas de cerca me bajé a sus alcobas
y oí un bostezo enorme que se parece al tuyo.








PESO ANCESTRAL



Tú me dijiste: no lloró mi padre;
tú me dijiste: no lloró ni abuelo;
no han llorado los hombres de mi raza,
eran de acero.


Así diciendo te brotó una lágrima
y me cayó en la boca... más veneno.
Yo no he bebido nunca en otro vaso
así pequeño.

Débil mujer, pobre mujer que entiende
dolor de siglos conocí al beberlo:

¡Oh, el alma mía soportar no puede
todo su peso!

domingo, 16 de junio de 2013

TRES POEMAS DE GIOCONDA BELLI



Poetisa y Escritora nicaraguense.


Y DIOS ME HIZO MUJER
(Ver también video)

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos, nariz y boca de mujer.
Con curvas 
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

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 " Es el amor; tendré que ocultarme o  que huir"

                                                             Jorge Luis Borges





SIGNOS

Lento,
violento,
rumoroso
temblor
de hojas
en la intrincada selva de mis espinas.
Invasión de ternura en los huesos.
Ola dulce de agua
reventándome en el fondo del pecho,
encrespándose
y volviendo a extenderse
espuma
sobre mi corazón.
Es el amor con su viento cálido,
lamiendo insistente la playa sola de mi noche.
Es el amor con su largo ropaje de algas,
enredándome el nombre, el juicio, los imposibles.
Es el amor salitre, húmedo,
descargándose contra la roca de mi ayer impávida dureza.
Es la marea subiendo lentamente
las esquinas de piedra de mis manos.
Es el espacio con su frío
y el vientre de mi madre palpitando su vida en el silencio.
Es el grupo de árboles en el atardecer,
el ocaso rojo de azul,
la luna colgada como fruta en el cielo.
Es el miedo terrible,
el pavor de abrir la puerta
y unirse a la caravana
de estrellas persiguiendo la luz
como nocturnas, erráticas mariposas.
Es la tiniebla absoluta
o la más terrible y blanca nova del Universo.
Es tu voz como soplo
o el ruido de días ignorando los rumbos de tu existencia.
Es esa palabra conjuro de todas las magias,
látigo sobre mi espalda tendida al filo del sol,
desencajando el tiempo con sus letras recónditas,
desprendida del azar y de la lógica,
loca palabra, espada,
torbellino revolviéndome tibias memorias
apaciblemente guardadas en el desván de los sueños,
estatuas que de pronto se levantan y hablan,
duendes morados saliendo de todas las flores,
silbando música de tambor de guerra,
terribles con sus largos zapatos puntudos,
burlándose de mí
que, inútilmente,
cavo tenaz, enfurecida, incapaz,
llorando en mi espanto,
esta última trincher
a.


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SE VAN TUS MANOS SOBRE MI MIRADA...


la sostienes, la sueltas.
Embistes mi hombro izquierdo,
lo sitias desde el cuello,
lo asaltas con las flechas de tu boca.
Embistes mi hombro izquierdo
feroz y dulcemente a dentelladas.
con su modo redondo
de hacer pasar el tiempo entre los besos
y somos dos volutas de humo
flotando en el espacio
llenándolo con chasquidos y murmullos
o suavemente quedándonos callados
para explorar el secreto profundo de los poros
para penetrarlos en un afán de invasión
de descorrer la piel
y encontrar nuestros ojos
mirándonos desde la interioridad de la sangre.
Hablamos un lenguaje de jeroglíficos
y me vas descifrando sin más instrumentos
que la ternura lenta de tus manos,
desenredándome sin esfuerzo,
alisándome como una sábana recién planchada,
mientras yo te voy dando mi universo;
todos los meteoritos y las lunas
que han venido gravitando en la órbita de mis sueños,
mis dedos llenos del deseo de tocar las estrellas
los soles que habitan en mi cuerpo.
Una mansa sonrisa empieza a subirme por los tobillos,
se va riendo en mis rodillas
sube recorriendo mi corteza de árbol
llenándome de capullos reventados de gozo transparente.
El aire que sale de mis pulmones va risueño
a vivir en el viento de la noche
mientras de nuevo embistes mi hombro izquierdo,
 
feroz
y dulcemente
a dentelladas.


sábado, 15 de junio de 2013

QUE TRISTE LUCE EN ESTE DIA



QUE TRISTE LUCE EN ESTE DIA

(Elegía a mi padre)






I

¡Qué triste luce en éste día, padre,
 ¡Qué triste luce la casa sin ti!

II

Ahora entiendo, porqué,
Mi bien amado padre
La calle hacia tu casa
Ha perdido su luz.

III

Tu casa no es tu casa:
Ya entregaste las llaves.

IV

Ya se ha apagado la luz que poseían
Las cosas animadas e inanimadas,
Pues faltas tú y tu lumbre-presencia.


V

Faltan tus manos y faltan tus ojos
Y tu sonrisa falta y falta tu voz;
Y hace falta tu cuerpo en sí vetusto
Pero vital; faltan tus pasos firmes
Faltan tus manos cálidas y fuertes
Y tu sabiduría para todo lo justo.

VI


¡Qué triste luce en éste día, padre,
Qué triste luce, padre, la casa ya sin ti!

VII

Faltan, tu gesto amable
Y tu leve voz cariñosa,
Tu espíritu guerrero
Para enfrentar la vida...

VII

Camino por las calles, sin querer, miro al cielo
Y el cielo no es el mismo: ¡le falta tu presencia!

IX

¡Dolorida camino por la casa desierta!
¡Dolorida camino por la calle desierta!
¡Dolorida camino por la ciudad desierta!

X

¡Qué triste luce, padre, en este día triste,
Qué triste luce, padre, ya la ciudad sin ti!

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jueves, 6 de junio de 2013

POEMAS DE YULIA DRÚNINA




BIOGRAFIA

La poetisa soviética Yulia Drúnina ( 1924-1991 ) se incorporó como voluntaria al frente, durante la Gran Guerra Patria (1941-1945), como enfermera. Estudió en el Instituto Gorki de Literatura. Su primer tomo de poesías "Con el  capote militar", 1948. "Los refugios, tumbas de intenso frío",,"La vida dura del soldado"  y "La nostalgia de las trincheras" no eclipsaron las alegías del primer amor, de la amistad y del conocimiento del mundo.
Su obra se enmarca en el tema de la guerra y del patriotismo soviético. Incluye el amor, la misión del poeta, las remembranzas de la juventud pasada en el frente y las aplica a la vida como un rasero como podemos ver a través de su obra. Se destacó como una excelente traductora.






Taducción: José Vento

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Combates cuerpo a cuerpo vi uno solo

Repetido mil veces en mis sueños.

De la guerra, yo afirmo nada sabe

Quien dice que la guerra no da miedo



 

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DESPEDIDA


Lloraban las flautas, las trompas gemían

La muerte marcaba el compás que seguían.

La viuda quería exigirles callar;

Jamás el difunto se daba al pesar.

(Era comandante al empezar la guerra

Y de general bajaba a la tierra.)

Si hubiese podido, habría gritado:



“¡Fuera esas rapsodias que soy un soldado!

¡Fuera esos acordes que lloran pesares!

¡Tocadme soldados, marchas militares!”

Las trompas gemían, las flautas lloraban.

Los labios carnosos sin cesar temblaban.



A la mujer alta, de negro vestida

Gemían los cobres su adiós a la vida.

La viuda la mira, en ella repara”

“Sí, claro _se dice_ recuerdo esa cara”.

Con amor la foto el general guardaba.

Una chica esbelta desde ella miraba,

La telefonista de una compañía.

Una luz intensa su rostro encendía.

¿Tal vez del combate fuera el resplandor

O sería eso que llaman amor?

No pudo el cansancio su luz apagar

Guardaba la foto para recordar.

Con el comandante compartió el dolor

De la retirada que fue lo peor.

Llegó la victoria y dejó al general.

El corazón puso su punto final.

Él tenía un hijo, tenía mujer…

Y ya hasta aquel día no lo volvió a ver.

Y sola, muy sola, vivía en la tierra.

La culpa de todo la tuvo la guerra.

Sus labios carnosos él veía en sueños,

El cuello de cisne, el cuerpo cimbreño…

No hay dicha en el mundo sin hez de amargura.

La esposa callaba llena de dulzura,

Porque comprendía que a veces se yerra:

La culpa de todo la tuvo la guerra…

Las flautas y trompas silencio guardaban,

Y las dos mujeres de negro callaban.

Los dos corazones clamaban su duelo,

Su dolor de viudas, sin paz ni consuelo.










AMOR


Una vez más discutes en la noche,

Tendida con los ojos muy abiertos.

“Pues no es tan bello”, dices.

Responde el corazón:” ¿importa eso?”



El sueño, !oh, maldición!, se ha evaporado
Y piensas: ¿qué es verdad y qué es enredo?
“Pues no es tan listo” dices.
Responde el corazón:” ¿importa eso?”

Entonces el temor te invade el alma
Y parece que estalla el universo.
Dices al corazón: “estás perdido
Responde el corazón:” ¿importa eso?”




  
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Cuando estás a mi vera,

¿Qué importa el viento helado?

Mil gracias porque vives

Y al mundo das su encanto.



Mil gracias por tus labios,

 Mil gracias por tus manos,



Mil gracias porque vives
Y eres mi sol amado.
 

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