domingo, 5 de mayo de 2013

MI GATO











Tigre inmemorial de mil y un atardeceres
Guarda en su memoria genética las ratas,
Roedores gigantes de otros tiempos

La selva con su aire se refleja
En el espejo antiguo de sus ojos
Azules como el color azul del mar

Mientras su termostato
Mide con  suma precisión
Y equilibra el misterio
De su fiebre de gato

Me pregunto si acaso
Algún atardecer inmemorial,
Quizá la guerra eterna y su fracaso
Estén grabados, como en un metal,

En el espejo antiguo de sus ojos
Azules, tan azules, como el mar…

CINEMATECA












En la cambiante y transmutante e inane
Pero viva, cinematéca aleve de mis días
Raudos como cometas intergalácticos

Tú eras mi sueño perpetuo y mi sub-sueño
El límite entre mi despertar y mi grata vigilia
Y te amaba. Te amaba. Te amé en el si lueño
En la inocencia de las protestas estudiantiles,
En el hambre de los niños famélicos del sur,
En sus carítas tristes, cuyo fruncido ceño
Reflejaba sus cuestionamientos silenciosos.

En la orfandad  famélica del solitario
Que no pidió nacer. En la narcolepsia
De los borrachos en la madrugada.
En la ronda inacabable de las esquinas,
En cualquier sinfonía bella e  inacabada…
En las señales secretas de las meretrices,
En las heridas hondas y en sus cicatrices.

Te amaba hasta los límites de lo desconocido,
En los graffitis frescos de las paredes blancas.
”Fidelidad es pereza”, eso nunca lo olvido.

martes, 23 de abril de 2013

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA


 

 



Nace el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares. Hijo de Leonor de Cortinas y Rodrigo de Cervantes. Haciendo parte de una familia numerosa, conformada por cuatro hermanas y dos hermanos, sin contar al primogénito Andrés que murió muy niño.
Formó parte del ejército Español, en la marina, junto a la marina de Italia, defendiendo a esta última de la invasión Turca. Fue herido y perdió un brazo en la batalla de Lepanto, por lo cual se le conoce como el "Manco de Lepanto". Después de haberse curado, fué enviado a España; pero, en el Mediterráneo, el barco en que viajaba fué interceptado por unos Piratas del Norte de África que lo llevaron cautivo a Argel, junto con su hermano Rodrigo. En Argel fué encarcelado por varios años Su madre, Doña Leonor de Cortinas, prestó dinero en El Consejo de la Cruzada por un monto de 60 ducados, para pagar el rescate de sus hijos. Fué rescatado por unos Frailes
Al llegar a España, era un ser anónimo; nadie le recordaba, sin amigos, sin trabajo y sin dinero, llevó una vida de pobreza y privaciones. Luego le acusaron de haber matado un hombre, sin prueba alguna. No pudo defenderse y lo metieron en prisión. En prisión, escribió la novela más importante y hermosa de todos los tiempos: "El Quijote"
Posteriormente, se suscribe, él mismo, como "Miguel de Cervantes Saavedra" como producto de su experiencia vivencial y una respuesta a esta experiencia se refleja a través de su creación.

·         BIBLIOGRAFÍA: 1. La Red de las Biografías/wwwmcnbiografías.com. 2.Revista de Literatura, Vol. 65 No. 130(203) 103989/REVLITERATURA2003.

REFLEXIONES
·         No existe cárcel que pueda destruir la creatividad del hombre
·         No existe cárcel que pueda destruir los más hermosos sueños del hombre
·         No existe cárcel que impida el  volar a la imaginación del hombre
·         No existe cárcel que pueda robar la verdadera libertad del hombre que proviene de su ser espiritual

  1.  

LETANIA DE NUESTRO SEÑOR DON QUIJOTE
Rubén Darío
Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón.

Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...

¡Caballero errante de los caballeros,
varón de varones, príncipe de fieros,
par entre los pares, maestro, salud!
¡Salud, porque juzgo que hoy muy poca tienes,
entre los aplausos o entre los desdenes,
y entre las coronas y los parabienes
y las tonterías de la multitud!

¡Tú, para quien pocas fueron las victorias
antiguas y para quien clásicas glorias
serían apenas de ley y razón,
soportas elogios, memorias, discursos,
resistes certámenes, tarjetas, concursos,
y, teniendo a Orfeo, tienes a orfeón!

Escucha, divino Rolando del sueño,
a un enamorado de tu Clavileño,
y cuyo Pegaso relincha hacia ti;
escucha los versos de estas letanías,
hechas con las cosas de todos los días
y con otras que en lo misterioso vi.

¡Ruega por nosotros, hambrientos de vida,
con el alma a tientas, con la fe perdida,
llenos de congojas y faltos de sol,
por advenedizas almas de manga ancha,
que ridiculizan el ser de la Mancha,
el ser generoso y el ser español!

¡Ruega por nosotros, que necesitamos
las mágicas rosas, los sublimes ramos
de laurel Pro nobis ora, gran señor.
¡Tiembla la floresta de laurel del mundo,
y antes que tu hermano vago, Segismundo,
el pálido Hamlet te ofrece una flor!

Ruega generoso, piadoso, orgulloso;
ruega casto, puro, celeste,  animoso;
por nos intercede, suplica por nos,
pues casi ya estamos sin savia, sin brote,
sin alma, sin vida, sin luz, sin Quijote,
sin piel y sin alas, sin Sancho y sin Dios.

De tantas tristezas, de dolores tantos
de los superhombres de Nietzsche, de cantos
áfonos, recetas que firma un doctor,
de las epidemias, de horribles blasfemias
de las Academias,
¡líbranos, Señor!

De rudos malsines,
falsos paladines,
y espíritus finos y blandos y ruines,
del hampa que sacia
su canallocracia
con burlar la gloria, la vida, el honor,
del puñal con gracia,
¡líbranos, Señor!

Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos,
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...

¡Ora por nosotros, señor de los tristes
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión!
¡que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón!









domingo, 21 de abril de 2013

EL DIA PERDIDO










Abro mi bella mano,
En ella cabe el orbe
El orbe completo

Su eje en el centro de mi mano
El orbe bello y perfecto,
Rotante como un trompo
Impulsado por la cuerda invisible

El trompo gira en el remolino
Eterno del tiempo y del espacio.
Mi mano recibe su calidez indescriptible
Y el orbe se ilumina con la luz
Incandescente que sale de mi mano
Y el tiempo se detiene en este día.

Un bello día perdido, sin ti,
Fuera de ti, amado mío, 
 Calor de sangre en mis venas
Impulso de mis neuronas sibilantes.

Y en mi bella mano
Cabe todo el orbe:
Su corazón late como mi corazón
Sus ríos como lágrimas amargas
Pasan  y forman frías cataratas
Horadando la tierra que en sus simas 
Forma espejos límpidos de agua




viernes, 19 de abril de 2013

ALGO MUY GRAVE VA A SUCEDER EN ESTE PUEBLO


Gabriel García Máquez
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.
Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
-Te apuesto un peso a que no la haces.
Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Contesta:
-Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo.
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:
-Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
-¿Y por qué es un tonto?
-Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.

Entonces le dice su madre:

-No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.
La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:
-Véndame una libra de carne -y en el momento que se la están cortando, agrega-: Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:
-Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas.
Entonces la vieja responde:
-Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras.
Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice:
-¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)
-Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
-Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor.
-Sí, pero no tanto calor como ahora.
Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:

-Hay un pajarito en la plaza.
Y viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito.
-Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.
-Sí, pero nunca a esta hora.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
-Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:
-Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos.
Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.
Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:
-Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa -y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.
Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:
-Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.